Una gran parte de los problemas actuales de España con los déficits públicos se originaron entre 2007 y 2009. A medida que estalló la burbuja inmobiliaria, el sector público pasó de un superávit del 1,91% del PIB a un déficit del 11,19% del PIB. Tal desglose presupuestario equivale al 13,1% del PIB.